Oficinas flexibles. La nueva tendencia post-covid

Mar 1, 2024

Los tiempos han cambiado. La COVID-19 ha obligado a muchas empresas a adoptar medidas que se adapten a las nuevas necesidades de los trabajadores para garantizar su salud, así que ha surgido un nuevo entorno: el de las oficinas flexibles.

Este tipo de oficinas apuestan por una tendencia que ha llegado para quedarse, ofreciendo a sus usuarios una mayor capacidad de adaptación tanto a sus necesidades personales como a los ritmos de la empresa. Veamos en qué consisten.

¿Qué son las oficinas flexibles?

Las oficinas flexibles son aquellas que ofrecen una mayor capacidad de adaptación tanto a las necesidades del trabajador como a los ritmos de la empresa. Cada negocio tiene unas demandas y tiempos de trabajo establecidos dada su situación particular, pero los trabajadores necesitan encontrarse a gusto y tener sus necesidades cubiertas en cualquier ambiente de trabajo.

La crisis de la COVID-19 obligó a muchas empresas a tomar medidas drásticas debido al confinamiento ocurrido en España en marzo de 2020. Se exigía a los ciudadanos permanecer en su vivienda todo lo posible, saliendo sólo para lo básico, por lo que muchos negocios tuvieron que implementar una medida cada vez más demandada: la del teletrabajo.

Aunque al principio fue complicado, poco a poco, tanto empresa como trabajador, se fueron acostumbrando a esta nueva forma de cooperar y los resultados fueron muy beneficiosos para ambas partes, pues los trabajadores conciliaban mejor su vida laboral y personal y, en muchos casos, rendían más y mejor.

Así, después de que se relajaran las medidas contra la COVID-19, se implementó esta filosofía bajo la tendencia de las oficinas flexibles, espacios que, como su propio nombre indica, ofrecen más flexibilidad en relación a varios aspectos como su ubicación, sus periodos de contratación y sus servicios.

Las oficinas flexibles también han dejado atrás los espacios clásicos y tradicionales. Ahora, las oficinas no son lugares grises con cubículos claustrofóbicos; los nuevos tipos de trabajadores (autónomos, freelance, emprendedores, etc.) demandan espacios que sirvan como oficina, pero que estimulen su creatividad.

Esto es algo muy habitual en los coworkings, un espacio de trabajo colaborativo en el que, trabajadores de diferentes empresas, pueden cohabitar durante su horario laboral. Así, aunque sus negocios no estén relacionados, pueden retroalimentarse con sus diferentes puntos de vista.

Las oficinas flexibles se asemejan en el coworking en que ambos ofrecen áreas de trabajo menos rígidas y más sociales, libres y conectadas, con todos los servicios adicionales de una oficina física y la libertad de trabajo típica de quien trabaja por cuenta propia.

Con todos estos ingredientes nace la receta de las oficinas flexibles, donde no pueden faltar los siguientes conceptos.

Un espacio facilitador

La oficina flexible tendrá una apariencia profesional a la vez que ofrecerá un entorno creativo y estimulante. Además, se adaptará a las demandas de crecimiento de la empresa y del propio trabajador, ofreciendo recursos y servicios comunes sin coste adicional.

Con esta filosofía se facilita el trabajo al empleado, que podrá tener a mano todo aquello que necesite para efectuar su trabajo de la forma más rápida y eficiente, a su manera. ¿El resultado? Un aumento de la productividad.

Un espacio tecnológico

Se acabó la tecnología obsoleta en las oficinas. Ahora, las oficinas flexibles están hiperconectadas, con redes de alta velocidad para que cualquier empleado pueda ejecutar sus tareas ya sea en un ordenador de sobremesa o en un portátil, en un espacio social en el que también puede interactuar con otros compañeros. Se acabó el estar anclado a una sola mesa.

Esta tecnología punta se aplica a todos los ámbitos, con la eficiencia energética por bandera: luces automáticas, sensores en grifos, ahorro energético automático, sistemas de climatización… Todo lo necesario para convertir la oficina en un lugar cómodo y agradable que garantice la productividad.

Un espacio impulsor

Los espacios impulsores de las oficinas flexibles son zonas para que los empleados conecten con nuevos trabajadores en este espacio de coworking. Esto puede hacerse de múltiples formas: networking, formaciones e incluso en un descanso o break. Esto fomenta la creatividad y la satisfacción profesional y personal. Respetando siempre las medidas de seguridad, claro.

Un espacio divertido

Lo que antes era sólo cosa de Google ahora es de lo más habitual. Y es que en las oficinas flexibles no faltan espacios de descanso repletos de material para que el trabajador no sólo se tome un café, sino que también interactúe con otros miembros de la oficina o desconecte gracias a sofás cómodos, futbolines o mesas de ping-pong, entre otros. Un valor añadido que promueve la interacción y fomenta la creatividad y la productividad.

La flexibilidad, la clave.

Su propio nombre lo indica: estos espacios son flexibles. Esto significa que mantienen la esencia de esas nuevas formas y modelos de trabajo que se vieron con el auge del teletrabajo causado por la pandemia del coronavirus.

La clave de estos nuevos métodos es la flexibilidad, característica que las oficinas flexibles han decidido explotar todo lo posible. Gracias a esta flexibilidad, este nuevo modelo de oficinas permite hacer frente a todo tipo de situaciones en las que es necesario controlar el impacto y minimizar el riesgo.

Con orden y limpieza

Estas nuevas oficinas flexibles destacan por las zonas comunes y, por lo tanto, muchas personas utilizan los mismos espacios para reunirse o para idear proyectos. Que todo quede ordenado al finalizar el día y mantener la limpieza en este tipo de oficinas es clave para que la experiencia sea agradable para todos los usuarios.

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