Cada día miles de personas acceden a museos y centros culturales para contemplar obras de arte o acudir a ver sus piezas teatrales o musicales favoritas. Este trasiego de gente es sin duda un gran reto para el responsable de la limpieza de este tipo de edificios, así como para su personal.
Aunque parezca que la limpieza de museos y de centros culturales no dista mucho de la limpieza de otro tipo de espacios públicos. No obstante, en Limpiezas El Globo sabemos perfectamente que este tipo de espacios tienen peculiaridades que hay que contemplar si queremos que nuestra institución luzca siempre impoluta.
Espacios minimalistas
Antes de hablar de limpieza de museos, lo primero es tener un espacio totalmente despejado, minimalista y sin elementos decorativos externos que puedan distraer a los asistentes de las verdaderas protagonistas en el espacio cultural: las obras expuestas. Por supuesto, huelga decir que no es lo mismo la limpieza de museos al estilo «casa-museo», en el que la propia ornamentación en sí es la obra y requiere de cuidados específicos, que un espacio cultural más al uso. En ambos casos, el objetivo es siempre tener cuantos menos elementos mejor. Algo que además ayudará a la limpieza y al tránsito de visitantes.
Atención específica a cada obra de arte
Cada obra de arte es un mundo. Materiales, tamaño, forma, tipología, etc. Pero si hay un denominador común a todas ellas, es que el polvo siempre acaba apareciendo. Por ello, antes siquiera de pensar que hemos de tener un suelo brillante o unas paredes sin un solo roce, lo primero es lo primero: las obras de arte deben lucir siempre resplandecientes y su mantenimiento ha de ser muy frecuente y adaptado a la cantidad de público que genere cada pieza.
Hay que atender también a la limpieza de elementos que no parezcan a priori tan importantes, como puede ser los marcos de las pinturas, que parecen sencillos de limpiar pero que muchas veces debido a su ornamentación o su antigüedad puede resultar algo realmente complejo y delicado. Es por ello que el personal de limpieza de museos debe recibir siempre una formación o nociones básicas previas sobre las características especiales de la colección, para evitar cualquier tipo de incidente que pueda dañar el patrimonio expuesto.
Vitrinas y cristales, una prioridad
Como hemos dicho, las obras de arte son las protagonistas de los museos, pero en ocasiones quedan deslucidas por unas vitrinas sucias o con marcas de dedos en ellas, que impiden el poder contemplar la pieza con toda plenitud. La limpieza de cristales se antoja fundamental si queremos dar esa sensación de un espacio cultural preocupado por sus visitantes.
Huelga decir que la limpieza de cristaleras es también imprescindible, puesto que por ellas se filtra la luz que permite ver las obras de arte con todo lujo de detalles. En definitiva, no podemos permitirnos el fallar en este sentido y hay que poner su cuidado en manos de profesionales que sepan utilizar las técnicas más avanzadas y efectivas.
Suelos brillantes y paredes blancas, ADN museo
Como venimos diciendo, los museos y centros culturales suelen ser lugares con poca ornamentación. Es por ello que los suelos suelen estar a la vista en una gran mayoría de las salas de museos. La limpieza de suelos en museos es otra cuestión principal. El ojo humano busca concentrarse en la obra, por lo que si en el campo de visión hay cualquier tipo de suciedad o mancha destacable, la mente puede irse al desperfecto.
Pero no solo vale con una mera limpieza: el abrillantado de suelos ha de estar siempre presente en nuestra mente si queremos que el aficionado de los museos se sienta agusto en nuestro espacio cultural y quiera repetir. No obstante, si tu museo es de los que está enmoquetado prácticamente en su totalidad, requerirás de servicios de limpieza de moquetas especiales, ya que no hay nada menos agradecido para un suelo que ver una moqueta con grandes y extendidas manchas o desperfectos varios.
Adaptación de la limpieza de museos en función de la agenda
Muchos museos y centros culturales no modifican sus calendarios de limpieza y siempre limpian lo mismo y con una regularidad frecuente. Si bien es importante mantener esta regularidad, también hay que estar pendiente a la agenda de eventos para prever cuánta gente va a pasar por nuestras instalaciones.
Los fines de semana, los festivos o los días en los que la entrada al museo es gratuita son, obviamente, los días que más visitantes se reciben en un museo. Es fundamental adaptarnos a estas fechas y plantearnos un refuerzo del servicio de limpieza de museos antes y después de cada una de estos días clave.
Ojo con las fachadas y zonas exteriores
Es nuestra carta de presentación. ¿De qué sirve tener un museo perfecto en su limpieza por dentro si por fuera no nos invita a pasar y presenta un aspecto descuidado? Las paredes exteriores del edificio deben poseer el espíritu artístico que se van a encontrar dentro. De la misma manera que no se concibe un edificio cultural antiguo sin ese ambiente rondando por el exterior, tampoco puede verse un museo vanguardista sin una limpieza de exteriores perfecta.
El mantenimiento de jardines y zonas exteriores es algo que no se puede pasar por alto en la limpieza de museos, ya que en muchas ocasiones (sobre todo en días concurridos) el visitante tiene que hacer cola para entrar al museo. Esto quiere decir que tendrá momentos en los que se aburra y empiece a prestar atención a todo detalle que le rodee. Ahí estaremos nosotros para presentarle un espacio exterior agradable de transitar.
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